La primera parte se dedicó íntegramente a la creación y presentación de seis instalaciones monumentales creadas por 50 grandes artistas aborígenes e isleños del Estrecho de Torres, que con sus obras hacen sonar la alarma contra la contaminación de los océanos. Lejos de adoptar un enfoque mortificante de estos problemas medioambientales, los artistas han optado por tratarlos con humor y sutileza. Este primer capítulo fue concebido como un cuento de hadas. Las obras monumentales, que se presentarán en el interior y en el exterior del museo, darán a los visitantes la sensación de verse impulsados al mundo poético de Alicia en el País de las Maravillas.